jueves, 23 de junio de 2011

-ava entrada

Maritina trata de poner orden en mi vida según sus profundas convicciones sobre la misma pero trata de hacerlo sin contar con-M-ie-go. Levanta las barricadas y durante un buen puñado de días, no me da ni agua.
Me deja rumiar las sensaciones, los miedos, las rabias y hasta el asco, sin dejar que me acerque siquiera una pizca de lejos a la alegría. Como a Cubayti me somete la tirana que és a un bloqueo intenso y sin pudor alguno me golpea tanto cuanto quiere.
La abuela Arraña, sigue tejiendo mientras tanto la tela sedosa que acaba tiñendo con el color de mi humor y se me queja de qué últimamente nos salen las máscaras negras y grises. Ya me disculpo, pq se que es más difícil maquillarlas después y hacerlas parecer bonitas y tejerlas le roba una mancha de materia gris en el cubicuelo  es  muy difícil de esconder.
La abuela Arraña es republicana reina madre en un castillo de princesas y príncipes, y repleto de ranas, sapos y moscardones bizcondesos que tienen ya sabéis sangre azuleta y creen que los ojos mirando en todas direcciones son una gracia especial recibida por intermedio de sus plegadas reverencias al ministerio de rutas y caminos.
Arraña también fue bizca en su tiempo, y necesitada de  lazarilla contrató por su cuenta y su razón a una cuentista del territorio de las Hadas MadriyNastras que le endosaron a Mary Quita, loca, escandalosa hermana de frodita, ciega y con lunares sobre su abrigo carmesin, y que la llevo a visitar todos los pozos de ambiente que encontraron.
Arraña que era bizca pero no tonta ni completamente ciega, con sus ocho pares de ojos dieciseis escandalos por segundo, sufría mucho.
Era una sin duda constante, que la mariquita aprovechaba para pasearla por los precipicios y escacharrarse los bellos pelos de los bigotes. Mary quita, me voy sin ti, le solia decir mirandola con vicciones en las pestañas.
Cuando al paso del tiempo y de los problemas Arraña comenzaba a unir misteriosamente los ojos, pasaron de vigilar las orejitas a vigilar la nariz, si es que nariz tuvieran las arañas y se percató que la tela que tejía pacientemente y la mariquita impertinente le robaba el color y lo enviaba a algún banco fiscal de paraisos robapobres.
Arraña montó en Cólera, su antigua amiga satamontas  y  fue a pedir explicaciones a las hadas MadriyNastras que se permitían el escape de los colores de su trabajo bajo cuerdas y le dejaban la vida en grises.
Será la última vez que consigáis pintar el mundo con mi trabajo, brujas de cacota, ya os quedáis con vuestra Quita loca y se os ha acabado el chollo con mi rollo de hilo. ¿No os da vergüenza robar y sangrar a una pobre araña de sangre fría?
Del calentón le hirvió la sangre por primera vez y recuperó algunas visiónes coherelentes que alinean bastante bien, aunque perdió los muestrarios del interior que los ha de pedir prestados a los humores de los humanos que los tienen tan variados. El que más prima es el de la astucia, de un negro desalado que ni es chincha ni limona, pero se vende muy bien porque luce donde no hay brillo y es bien recibido entre los sinluces que son casi todos los habitantes de este cubicuelo impar

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