Desvincularse de los afectos será siempre una prueba difícil. El
momento de diferenciarse uno de otro. El tiempo
de templar todo ese ideario de vida para llevarlo a la práctica; dar
libertad a quien libertad te pide, tal vez, para trillar caminos poco
seguros y en cualquier caso lejanos; cancelar compromisos antes de hora a fin de facilitar el vuelo sin lastres por más que duela.
Queda la esperanza de un reencuentro, una puerta entreabierta, por si necesitan volver y las cerraduras estan veladas...
Permanecer o quedarse es una prueba de amor. ¿No lo será
también dejar marchar...?
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