domingo, 29 de diciembre de 2013

Ni cuenta llevo ya..

Desde que salía por la puerta del hospital, Maritina caminaba a saltitos y paraba de pronto cerca de algunio de aquellos árboles de  la caminata sombrerana.

-¡Qué raro este doctor?- pensaba para sí.

Aquella tos pertinaz no la abandonaba desde semanas atrás. Escuchaba más su respiración sibilante que su corazón. Y eso es extraño porque el corazón de Maritina es de una batucada rítmica y sonora imposible de no escuchar para ella.

-¿Desde hace cuánto tiempo albergas  tos?- pregunto el doctor y Maritina relato su encuentro con ella en aquella sombra húmeda que la persiguió durante una mañana.

Por la sonrisa del doctor y su forma de mover los bigotex, sospechó que no era grave pero si necesititaba alguna medicina.

-Mira pequeña, si sigues mis consejos no necesitaras un ingreso en la únidad de sintosina. Bastará, querida, que tomes todos los días una cucharada de vitamina C para el alma.

Como Maritina temía que la sustancia medicamentosa viniera por via pinchante aquello la sorprendió más que gratamente y sin tardanza salió veloz a buscar buenas naranjas, mandarinas, limones. Entonces saltaron las dudas que se habian colado en sus bolsillos desde la mesa del doctor. Dudas menudas y verdes, con tres patas de pato con  minúsculas hebras.

_¿Cómo tomar zumos citricos para el alma si el alma no tiene boca? Bueno, no boca que pueda ingerir líquido por muy dulce y sanador que sea...

¡Puedo probar a tomar el sol del amanecer y al atardecer!! Es de color naranja y tal vez el alma no come pero si respira.

Y todos los días dos veces al idem se presenta delante del sol y absorbe la piel su vitamina.

 En esto que las hadas  Madri y Nastra llegan cargadas de hilos incoloros, indoloros e insaboros (y mágiamente sabrosuros) para teñirlos de brillo solar,( su próxima colección está a punto de vapasarella). Conversaron con ella sobre los puesto y lo desnudo, de las lentejuelas, de lo modisto y lo sastrino.
Le aclararon, que el brillo que ellas atrapan en sus hilos, viene de las tramas de vitamina D que el sol derrama, ya que el sol es pura vitamina D(ivina), pero no C.

Menos ignorantizada, la pequeña se dirigió a pasos tosinos hacia la residencia de la abuela.

-Abuela Arraña, dime donde puedo conseguir la vitamina que el doctor me recomendó? No cede la tos y me temo que volver al hospital pueda representar una inyectura que no deseo de ninguna manera.

Y abuela Arraña que ya conocía la mayor parte de las recetinas que el doctor llevaba usando durante siclos, intuyó qué recomendaba este.

-¡Maritina no persigas a C, no corra tu alma tras della, sino atráela y que sea C  quien sepa que la buscas, que le darás cobijo, y de esta manera Tosinax no tendrá espacio ni oxi-genio que malbaratar y se marchará.!
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Y asi, Maritina le susurró a su Alma que deseduciera a  C y en cuanto lo hizo C se puso a perseguir a Alma y cuando Tosi se percató de aquel cuadro se marcho:
C alma, solo C alma para tos (to(do)s.