martes, 27 de marzo de 2012

carta 40

Me duele tu enfado. Me duele tu bronca. Me duele tu enojo
Pero lo que más me duele es tu silencio,
sentir que te escondes de mí.
Que estás detrás de tus “no sé”.
Que, como el tango: te busco y ya no estás.
¿Necesitás una excusa para separarte de mí?
Puedo subir la montaña más alta con tu ayuda.
Sin ti, me cansa hasta jugar al escondite.
Me cansa pelearme con tu orgullo me cansa golpear la puerta.
que ambos queremos que se abra y que tú mantienes cerrada.
No creo en tu confusión sino en tus frenos.
No creo en tu “tiempo” sino en tu orgullo.
No creo en tu odio sino en tu frustración.
No creo en tu conducta sino en tu sentir.
Me siento como el ciego de la poesía de Rafael de León que agita su pañuelo llorando
sin darse cuenta que el tren hace ya rato que partió...”
¡Ven! ¡Abre! ¡Habla! ¡Pelea!
¡qué estoy aqui!

Cartas para Claudia.
Jorge Bucay

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