sábado, 25 de junio de 2011

Decimoquinta entrada

¡¿Que asoma por delante de tu abrigo, niña? preguntó Claudio a Maritina esta mañana de verano y 40º de fuego en la sombra.
Nada, le contestó la pequeña, metiendo barriga y disimulando su barrigota falsa.
¿como puedes mentir tan descarada, embustera? cualquiera puede ver que revientan los botones del abrigo de piel de petigris y también me contaras que no tienes calor, aunque tu cara parezca un semáforo!!
Pues no tengo calor, bizcondes entrometido, ¿No tuvieras nada que hacer, flores que revisar, niños que asustar, viejas que histeriquear?
No, nada de eso, el dia de hoy es uno de mis dias moscosos y lo voy a dedicar a espiar tus pasitos y tu barriguita falsa y prometo no dejarte en paz hasta que me cuentes la verdad.
¡¡Confia en mi, soy leal, no te incordiaré más si me lo enseñas!!
Maritina ya le conoce lo suficiente para saber que leal no es y le seguira dando barriga todo el dia, pero no quiere su baile zumbónero tras de ella anunciandose por todas las calles.
Abre los botones de su abrigo y le muestra un enorme cojín pintado en colores chillones e imposibles de mirar que dibujan un laberinto enrevesado.
Ya lo has visto, dejame en paz.
Si lo  vi, pero no entendi, porque escondes bajo un abrigo esa pintura indescifrable, donde la llevas, adonde vas??
Ella pasó de él y prosiguio caminando. LLevaba escondido su mundo real y se lo habia dejado ver a un moscardon ignorante, que como ella tampoco sabia leer.
El lector de mundos personales quedaba lejos, pero harta de correr sin aliento y sin saber a donde se dirigia, le buscaría sin pausas porque le urgia un traductor de mundos.

jueves, 23 de junio de 2011

-ava entrada

Maritina trata de poner orden en mi vida según sus profundas convicciones sobre la misma pero trata de hacerlo sin contar con-M-ie-go. Levanta las barricadas y durante un buen puñado de días, no me da ni agua.
Me deja rumiar las sensaciones, los miedos, las rabias y hasta el asco, sin dejar que me acerque siquiera una pizca de lejos a la alegría. Como a Cubayti me somete la tirana que és a un bloqueo intenso y sin pudor alguno me golpea tanto cuanto quiere.
La abuela Arraña, sigue tejiendo mientras tanto la tela sedosa que acaba tiñendo con el color de mi humor y se me queja de qué últimamente nos salen las máscaras negras y grises. Ya me disculpo, pq se que es más difícil maquillarlas después y hacerlas parecer bonitas y tejerlas le roba una mancha de materia gris en el cubicuelo  es  muy difícil de esconder.
La abuela Arraña es republicana reina madre en un castillo de princesas y príncipes, y repleto de ranas, sapos y moscardones bizcondesos que tienen ya sabéis sangre azuleta y creen que los ojos mirando en todas direcciones son una gracia especial recibida por intermedio de sus plegadas reverencias al ministerio de rutas y caminos.
Arraña también fue bizca en su tiempo, y necesitada de  lazarilla contrató por su cuenta y su razón a una cuentista del territorio de las Hadas MadriyNastras que le endosaron a Mary Quita, loca, escandalosa hermana de frodita, ciega y con lunares sobre su abrigo carmesin, y que la llevo a visitar todos los pozos de ambiente que encontraron.
Arraña que era bizca pero no tonta ni completamente ciega, con sus ocho pares de ojos dieciseis escandalos por segundo, sufría mucho.
Era una sin duda constante, que la mariquita aprovechaba para pasearla por los precipicios y escacharrarse los bellos pelos de los bigotes. Mary quita, me voy sin ti, le solia decir mirandola con vicciones en las pestañas.
Cuando al paso del tiempo y de los problemas Arraña comenzaba a unir misteriosamente los ojos, pasaron de vigilar las orejitas a vigilar la nariz, si es que nariz tuvieran las arañas y se percató que la tela que tejía pacientemente y la mariquita impertinente le robaba el color y lo enviaba a algún banco fiscal de paraisos robapobres.
Arraña montó en Cólera, su antigua amiga satamontas  y  fue a pedir explicaciones a las hadas MadriyNastras que se permitían el escape de los colores de su trabajo bajo cuerdas y le dejaban la vida en grises.
Será la última vez que consigáis pintar el mundo con mi trabajo, brujas de cacota, ya os quedáis con vuestra Quita loca y se os ha acabado el chollo con mi rollo de hilo. ¿No os da vergüenza robar y sangrar a una pobre araña de sangre fría?
Del calentón le hirvió la sangre por primera vez y recuperó algunas visiónes coherelentes que alinean bastante bien, aunque perdió los muestrarios del interior que los ha de pedir prestados a los humores de los humanos que los tienen tan variados. El que más prima es el de la astucia, de un negro desalado que ni es chincha ni limona, pero se vende muy bien porque luce donde no hay brillo y es bien recibido entre los sinluces que son casi todos los habitantes de este cubicuelo impar

sábado, 11 de junio de 2011

Decimotercera, desilusión.

Maritina se ha levantado hoy y parecía que alguien hubiera estado merodeando por el cubículo. Algo no parecia estar en su sitio, una diferencia en la habitación entre la noche y la mañana.
No parecía que faltara nada, las llaves, el cajón desastre, la leonera y la maquina de colorear estaban cada uno en su lugar preferido, como siempre.
Después de revisar el baño, la cocina y el salón notaba que no faltaba nada pero seguía siendo distinta la impresión.
Pasó un rato largo, pasaron dos ratos pardos, pasaron tres ratos más, y Maritina sentía como estaba a punto de descubrir algo importante que tenia relación con su sensaciones de diferente. Algo que le nacía de las extrañas, del corazón, pero estaba en el extremo de los labios y no se registraba en la real edad.

 Llegó Claudio Moscazul, bizco-onde los haiga con su zumbido bailón y su habitual charla monótona, chillona e insulsa.
Y Maritina le ubicaba sin problemas pero le percibía diferente. No se encontraba alegre, ni triste, no se sentía activa ni pasiva, no le hacia caso alguno, como todos los días, le toleraba la molesta charleta pero sin emoción, sin el estress diario. Le escuchaba como através de un espejo, de un filtro, de una droga.
 Nunca le mira a los ojos, nunca le mira mejor dicho ni a las alas, ni a las patas ni nada, pero hoy si le ha mirado de refilón y entonces ha sucedido, no no se ha enamorado de él, que ella ya tiene amora, se ha percatado del color de sus ojos y ha sido suficiente para entrar en claridad.
¡ojos ojos de Claudio son pardos! las flores son pardas, la habitación también es parda. Maritina se ha mirado al espejismo y se ha descubierto en color sepia. Todos los colores se han transformado en uno. Se han unificado para decirle algo, está segura. ¿pero qué?